1. ¿Qué es un glaciar y cómo se forma?
Los glaciares son masas de hielo que, bajo la acción
de la gravedad, se mueven desde la zona de acumulación a la zona de ablación
(donde el hielo abandona el sistema por fusión, evaporación o por formación de
icebergs) y que pueden transportar derrubios tanto en la superficie como en su
interior. Se forman en regiones donde la precipitación anual de nieve supera la
cantidad que se funde y evapora en el verano. Se asocian con más frecuencia a
las zonas cercanas a los polos, pero pueden encontrarse en muchas áreas montañosas,
incluso próximas al Ecuador, como en las montañas de África y Sudamérica.
La nieve acumulada año tras año se transforma
gradualmente en hielo. Los cristales de nieve caídos el año anterior
recristalizan dando granos redondeados que se denominan neviza. Con el tiempo,
la neviza queda enterrada por la nieve caída posteriormente y se hace cada vez
más densa, a la vez que los huecos ocupados por el aire disminuyen. En unos
pocos años se forma hielo blanco. Esta transformación, en zonas con poca
fusión superficial, como Groenlandia y la Antártida, puede llevar cientos de años.
Cuando la acumulación de hielo es importante, los cristales continúan creciendo
y el aire es expulsado casi por completo, obteniéndose así el hielo azul
característico de los glaciares. Sin embargo no siempre es posible apreciar
este color azul porque, a menudo, el hielo se encuentra bajo una capa de nieve o de neviza.
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Glaciar Perito Moreno. Parque Nacional de Los
Glaciares (Argentina).
Frente del glaciar en el que se aprecia el color azul del hielo y dos "niveles
sucios" (en el extremo inferior derecho del hielo) ricos en detritos. Los materiales
finos, transportados por el glaciar y liberados por la fusión del hielo, son los
causantes del aspecto lechoso del agua del lago.
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En la actualidad, los glaciares cubren aproximadamente un 10% de la superficie
de la Tierra y almacenan unos 33 millones de kilómetros cúbicos de agua dulce,
contribuyendo a regular el nivel medio de los océanos. En las épocas glaciares
baja el nivel del mar, mientras que en los periodos más cálidos los hielos
continentales se funden, subiendo el nivel del mar en todo el mundo
(cambios eustáticos). Por otro lado, ejercen una influencia local y
global sobre el clima, controlando los cambios de presión y las direcciones en
las que sopla el viento. Podrían ser considerados como sistemas abiertos,
con entradas y salidas, que interaccionan con otros sistemas como atmósfera,
océanos, ríos, relieve y paisaje.
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Glaciares en el Ruwenzori
(República del Congo).
En este macizo, también conocido como las Montañas de la Luna, se alcanzan
altitudes ligeramente superiores a los 5.000 m, lo que hace posible la existencia
de glaciares en sus cumbres, como éstos que descienden hacia el oeste desde el
Monte Stanley, a pesar de encontrarse situado tan solo a 22' N del Ecuador.
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2. Tipos de glaciares
La clasificación más general se hace atendiendo a su tamaño y a la relación con la topografía que cubren y que
los rodea. Se distinguen cuatro tipos principales:
- Grandes casquetes: son grandes masas de hielo que cubren por completo el relieve sobre el que se
asientan, excepto en las zonas marginales. Existen dos grandes casquetes, el de Groenlandia y el de la Antártida.
Este último alcanza espesores de más de 4.000 m y almacena el 85% del agua dulce de la Tierra.
- Pequeños casquetes: también cubren grandes áreas, aunque inferiores a 50.000 km2.
Los más conocidos son los de Svalbard y los de Islandia
- Campos de hielo: a diferencia de los casquetes, su superficie no tiene forma de domo y
su flujo está controlado por la topografía del terreno que cubren, como sucede en los Campos de Hielo
Patagónico Norte y Sur y en algunos lugares de la Montañas Rocosas Canadienses.
- Glaciares de valle: en este caso el hielo no cubre por completo la topografía, sino que está canalizado por ella. Se encuentran en zonas de montaña, ocupando el fondo de algunos valles, por los que el hielo descarga avanzando hasta alcanzar zonas más cálidas.
- Glaciares de circo: son pequeñas masas de hielo que se localizan en las cabeceras de los valles de zonas montañosas y ocupan depresiones denominadas circos. (este tipo y el anterior se conocen conjuntamente como glaciares alpinos)
Existe otra clasificación basada en la temperatura interior del glaciar:
- Glaciares templados: cuando la temperatura en la base está próxima al punto de fusión;
pequeños aumentos de presión podrían provocar la fusión (ya que el agua líquida ocupa un volumen menor que el hielo).
- Glaciares fríos: la temperatura en todo el glaciar está muy por debajo del punto de fusión.
Los estudios científicos muestran que los glaciares responden rápidamente a los cambios climáticos,
pudiendo ser utilizados como indicadores locales o globales.
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Monte Rainier. Washington (Estados Unidos).
Casquete glaciar con una superficie aproximada de 93 kilómetros cuadrados. Se asienta sobre el cono de un volcán de 4.394 m de altura que tiene dos cráteres en su cumbre. Este casquete alimenta 25 glaciares que descienden por las laderas dando en planta una disposición radial. mapa
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3. Dinámica y relieve glaciar
Los glaciares son agentes geomorfológicos muy importantes. El hielo se desplaza
lentamente sobre el relieve, comportándose como un material plástico,
erosionando en unas zonas y transportando y abandonando materiales (sedimentos) en otras.
El hielo se mueve por dos procesos diferentes:
- Flujo interno: tiene lugar por deformación de la estructura de los cristales.
En las partes superficiales el hielo es más frágil, produciéndose grietas que
pueden ser muy peligrosas para los excursionistas. Pero en el interior el comportamiento
es más plástico y los cristales de hielo se deslizan unos sobre otros.
- Deslizamiento basal: La masa de hielo, en bloque, se desplaza sobre el fondo.
En la base del glaciar puede existir una película de agua líquida que reduce el rozamiento
facilitando el movimiento del hielo sobre el sustrato rocoso. Esto sucede con frecuencia
en los glaciares templados.
La erosión glaciar comprende diferentes mecanismos: 1. arranque de fragmentos
y 2. desgaste y abrasión. Los materiales, una vez incorporados al hielo,
pueden ser transportados grandes distancias hasta que son abandonados en la zona
de ablación. Si se encuentran en la superficie o en el interior del glaciar no
experimentan grandes cambios durante el transporte. Pero los materiales que viajan
en el contacto hielo-roca se van desgastando y redondeado, adquiriendo formas
características, como los bloques "en plancha" (clastos con formas pentagonales,
que tienen la superficie pulida y estriada). En esta zona, el desgaste tanto de
los detritos en transporte como del sustrato sobre el que se deslizan produce gran
cantidad de materiales finos (arcillas) que se denominan harina glaciar.
Los procesos de fusión y congelación que tienen lugar en la base del glaciar, donde
el hielo está en contacto con el sustrato, hacen que la capacidad erosiva de los glaciares templados
sea mayor que la de los glaciares fríos.
En la zona de ablación, cuando el hielo se funde, es donde los glaciares depositan
la mayor parte de su carga. Estos materiales, en general con formas angulosas,
tamaños variados y sin clasificar, se denominan till. En ocasiones el till se presenta
dando formas de relieve características que se conocen con el nombre de morrena.
Dependiendo de la posición que ocupen, se distinguen: morrenas laterales,
centrales, de fondo y frontales.
Glaciar Drung Drung. Cordillera del Himalaya (India).
Glaciar de valle con morrenas laterales bien desarrolladas. No se alcanza a ver la zona de alimentación,
que quedaría en la cabecera del valle. En la parte frontal se aprecian numerosas grietas transversales
originadas por las tensiones provocadas en el hielo al desplazarse sobre las irregularidades del sustrato. |
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Bloque pentagonal en plancha. Depósitos de Valdeprao
(Cordillera Cantábrica, Asturias).
La morfología de este bloque indica un transporte subglaciar en un antiguo
glaciar pleistoceno. Durante el transporte, el extremo más agudo estaría orientado hacia la zona de
cabecera para oponer la mínima resistencia al desplazamiento del hielo, que se
movería más rápidamente que el bloque, ya que éste estaría retrasado por el rozamiento
con el sustrato. La superficie pulida y estriada se adquiere gradualmente con el
desplazamiento del bloque sobre el sustrato; la mayoría de las estrías son subparalelas al eje largo.
Dependiendo de la litología, pueden darse otras formas subglaciares.
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4. Glaciaciones
Mediante el estudio de las rocas, se puede reconocer que hubo glaciaciones
desde finales del Precámbrico (hace unos 600 millones de años). Los registros encontrados indican que los periodos
cálidos (interglaciares) han sido más importantes que los periodos fríos (glaciares).
Se cree que esta alternancia de periodos glaciares e interglaciares está
provocada por cambios en la cantidad de radiación solar que alcanza la Tierra:
- relacionados con factores astronómicos: variaciones en la excentricidad
de la órbita terrestre, en la oblicuidad del eje de rotación o en la dirección de
la oblicuidad de este eje (ciclos de Milankovitch).
- relacionados con factores atmosféricos: variaciones en la proporción de
los gases de efecto invernadero, provocadas o no por la actividad humana.
Además de estos cambios climáticos a escala global, existen otros que pueden afectar
a una masa continental de forma individual: el desplazamiento de las placas
litosféricas hace que las posiciones de los continentes cambien con el tiempo.
Por ejemplo, la India, que en el Pérmico se encontraba próxima al Polo Sur,
al moverse hacia el norte, alcanzó una posición ecuatorial en el Paleógeno.
También debe considerarse la relación entre el clima y la topografía a escala
regional, ya que la forma del relieve puede determinar la formación y morfología
de los glaciares. Así, la elevación tectónica de los Andes durante el Neógeno
hizo que algunas montañas alcanzaran su altura actual a finales de este periodo,
por lo que sólo fueron afectadas por las últimas glaciaciones del Pleistoceno,
cuando las cumbres sobrepasaron el "nivel de glaciación" para esa zona.
El último máximo glaciar se calcula que tuvo lugar entre hace 22.000 y 10.000 años
(estas edades pueden variar ligeramente, e incluso presentar un marcado diacronismo,
de unos lugares a otros), aunque ya desde principios del Neógeno se sucedieron varios
periodos glaciares e integlaciares. Recientemente, del s. XV al s. XIX,
se produjo un enfriamiento que provocó un avance importante de los glaciares.
Los efectos de este periodo, en el que las temperaturas en la superficie fueron de 0,6º a 1º C
inferiores a las actuales y que se conoce como Pequeña Edad del Hielo,
fueron observados directamente por muchos habitantes de Europa. Diversas crónicas relatan
las penurias que pasaron los agricultores noruegos y suizos debido al avance de los glaciares sobre
sus campos de cultivo. En España, viajeros y lugareños describen las intensas nevadas de la época y
la permanencia de grandes neveros surante el verano.
Durante la PEH la actividad solar fue menor, conincidiendo con los mínimos de Dalton, Maunder y Sporer.
Sin embargo, la correlación entre estos mínimos y la PEH aún resulta problemática.
Sobre la evolución de los glaciares, resulta difícil hacer predicciones futuras.
Los cambios en los parámetros orbitales de la Tierra conducen a un enfriamiento
gradual que alcanzará el máximo dentro de unos 100.000 años. Pero a esta tendencia
natural se deben superponer los efectos antropogénicos. Así, en la actualidad se
observa un retroceso de los frentes en la mayor parte de la Tierra, lo que indica
un calentamiento para el planeta que, de seguir como hasta ahora, podría tener
consecuencias catastróficas. La fusión completa de los casquetes de Groenlandia
y de la Antártida provocaría un ascenso en el nivel del mar de unos 70 m y la
desaparición de muchas ciudades costeras. Otro aspecto a tener en cuenta es la
importancia de las corrientes proglaciares en el abastecimiento de algunas áreas,
como por ejemplo los Andes tropicales. La fusión de los glaciares haría que estas
corrientes dependieran únicamente de las precipitaciones anuales, con la consiguiente
pérdida de volumen de agua y regulación de los caudales.
Pero además de la fusión del hielo glaciar, un ascenso de las temperaturas provocaría una disminución
de volumen del permafrost (en las regiones frías, hielo en el suelo que permanece congelado por
más de 2 años consecutivos, de acuerdo con la IPA), liberando grandes
cantidades de metano, un gas con un efecto invernadero mucho mayor que
el del dióxido de carbono, que pasarían a la atmósfera.
Cada glaciar da una respuesta particular a los cambios climáticos. Según algunos
autores, aún con un calentamiento global generalizado, los glaciares de zonas próximas
a los polos en medios áridos podrían avanzar debido a un aumento de las precipitaciones
totales en un escenario más cálido. También algunos glaciares del Himalaya, situados en
zonas de influencia del monzón, avanzarían al hacerse su balance de masas más positivo
por aumento de las precipitaciones. De momento, lo que sabemos con seguridad es que nos
encontramos en un periodo interglaciar en el que los glaciares aún no han llegado a
retroceder tanto como lo hicieron en interglaciares anteriores.
Glaciares Onelli y Bolado (1990). Parque Nacional
de Los Glaciares (Argentina).
Glaciar tributario y valle colgados. El retroceso generalizado experimentado
por los glaciares en los últimos años hace que algunos tributarios queden
desconectados del glaciar principal. En la lengua del Bolado, se puede observar
el perfil transversal en U característico de los valles glaciares. La ausencia
de vegetación en las laderas marca un nivel anterior alcanzado por el hielo del glaciar Onelli.
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Glaciares Onelli y Bolado (2005).
Comparando con la situación de 1990:
- el frente del glaciar Bolado se encuentra a mayor altitud. Y su base está
a más distancia de la superficie del Onelli.
- la superficie del Onelli ha descendido y la franja desprovista de vegetación
es ahora más ancha.
- las dos pequeñas lenguas en la ladera, que alimentan al Bolado por avalancha,
están más desconectadas de la parte superior de esta lengua.
- la lengua del glaciar Agassiz, que anteriormente se unia a la del Onelli, ha
retrocedido y se encuentra fuera de la fotografía.
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Algunas direcciones interesantes relacionadas con el tema:
conceptos sobre glaciares (una página austera y completa en inglés)
glaciares y glaciaciones (también en inglés)
fotos de satélite
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Victoria Alonso